Tres
años después de haber estrenado la puesta en escena NO SÉ SI CORTARME LAS VENAS O DEJÁRMELAS LARGAS, el director y
escritor Manolo Caro cumple su sueño de llevar esta historia a la pantalla
grande tal y como en un principio tenía planeado.
Julia
y Lucas, Aarón y Nora, son dos parejas de casados que viven dentro del mismo
edificio y los cuales llevan una vidas bastantes tranquilas y “ordinarias”.
Todo esto cambia cuando un nuevo vecino de nombre Félix se muda al inmueble y
hace que su mundo se ponga de cabeza y así comiencen a salir a la luz sus más
profundos temores, sentimientos y secretos.
Lo
que sin duda alguna es lo más sobresaliente del filme son las actuaciones de
todo el reparto original de la obra. Luis Gerardo Méndez a quien este año vimos
en el éxito de taquilla NOSOTROS LOS
NOBLES, tiene en sus manos el papel más profundo y lleno de matices de la
cinta y logra que la audiencia entable rápidamente una conexión con él; el
actor hace que los asistentes se olviden para bien o para mal (depende de cada
quien) de aquel mirrey que personificó. Por su parte Ludwika Paleta demuestra
su talento para la actuación y da vida a uno de los personajes más divertidos
de la película, pero que al mismo tiempo posee una fuerte carga dramática. Otro
de los miembros del cast que destaca es Luis Ernesto Franco, quien es el
detonante para que toda esta trama se desencadene. A ellos los acompañan Zuria Vega,
Raúl Méndez y Rossy DePalma. Los seis actores en conjunto tienen una gran
química la cual se ve plasmada en la pantalla.
El
guión del filme es muy bueno. Manolo Caro ahorita tiene la oportunidad de
mostrar al público cosas que en la obra no podía y que sirven para conocer más
de fondo a los personajes. Sin contar que la película cuenta con el perfecto
balance entre comedia y drama, ya que cuando se lo propone te hace reír, pero
en otros momentos es capaz de dejarte con la boca abierta por la crudeza y veracidad
de algunos de sus diálogos.
Los
aspectos técnicos de la cinta son otros de los puntos fuertes. El soundtrack va
a acorde a cada escena y los enfoques de cámara del director son bastante
buenos. De igual manera que la fotografía.
NO SÉ SI CORTARME
LAS VENAS O DEJÁRMELAS LARGAS es un estupendo filme hecho en México
que no le pide nada a las producciones estadounidenses y es el claro ejemplo de
que la comedia y el drama no están peleados y van tomados de la mano.
CALIFICACIÓN:
9/10
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